ACCESIBILIDADAlguna vez has visto a alguien toser o atragantarse al comer y no sabías si era normal? Puede que estés conviviendo con una persona que sufre disfagia y ni siquiera lo sepas.

Hoy, en este breve artículo, intentamos explicar con todo detalle y de forma sencilla, muchas cosas sobre un problema grave en la alimentación de personas que o no pueden, o tienen dificultades serias de tragar alimentos de una forma que entendemos todos como tradicional.

Sigue leyendo, tenemos muchas cosas que contarte, no solo hablamos de su definición, vamos a resolverte muchas dudas y responder preguntas clave sobre la disfagia que estamos seguras te serán de gran utilidad.

¡Vamos a ello!

¿Qué es la disfagia y cómo le afecta en su alimentación?

La disfagia es la dificultad para tragar alimentos, líquidos o incluso saliva. Es más común de lo que imaginas, especialmente en personas mayores o con enfermedades neurológicas.

Aparece en casos como ictus, Parkinson, demencias, ELA o tras ciertas cirugías. Y no solo afecta a quien la padece: tú, como familiar, también lo sufres.

Cómo identificar los signos de la disfagia en casa

No siempre es fácil saber si alguien tiene disfagia. A veces, los síntomas son tan sutiles que se confunden con "cosas de la edad".

Presta atención si tu familiar:

• Tose o se atraganta al comer o beber.
• Pierde peso sin motivo aparente.
• Rechaza alimentos sólidos o líquidos.
• Habla con voz húmeda tras las comidas.

Estos signos podrían indicar un problema de deglución. Y cuanto antes se actúe, mejor será el pronóstico.

¿Por qué es tan importante actuar ante los problemas de deglución?

La disfagia no es solo un inconveniente. Es un riesgo grave para la salud. Las personas con disfagia tienen un mayor riesgo de:

• Desnutrición.
• Deshidratación.
• Neumonía por aspiración (cuando la comida va a los pulmones).

Estudios indican que hasta un 50% de las personas mayores en residencias presentan algún grado de disfagia, pero muchas veces no se diagnostica a tiempo.

Por eso, es crucial buscar ayuda profesional. Como dietista-nutricionista especializado, puedo ayudarte a elaborar un plan seguro y adaptado.

¿Qué puedes hacer si crees que tu familiar tiene disfagia?

1. Pide una valoración nutricional

El primer paso es consultar con tu médico y un especialista en nutrición. Necesitamos saber el tipo y grado de disfagia para personalizar el tratamiento.

2. Adapta la textura de los alimentos

Según el protocolo internacional IDDSI, se deben modificar los alimentos en función de la capacidad de deglución:

• Dieta de fácil deglución: alimentos triturados, purés, gelificados.
• Líquidos espesados para evitar atragantamientos.

Con una buena planificación, ¡se puede seguir disfrutando de la comida!

3. Aprende las posturas y técnicas de seguridad

El entorno y la postura son clave. Siempre en posición erguida. Nunca tumbado.

También existen técnicas como el "doble trago" o "deglución supraglótica" que enseñan los logopedas especializados.

4. Mantén una buena hidratación

El agua no siempre es segura. Muchas veces hay que espesarla. Consulta cuál es la consistencia ideal para tu familiar.

5. No te enfrentes a esto en soledad

Es normal que tengas miedo, dudas, frustración. Pero no estás solo. Podemos ayudarte desde nuestra Unidad Multidisciplinar especializada en nutrición y logopedia para personas con disfagia.

Cómo crear una dieta segura, sana y variada

Variedad, nutrición y seguridad: sí es posible

Uno de los mayores temores es pensar que a partir de ahora todo será papillas insípidas. ¡Nada más lejos de la realidad!

Un menú adaptado puede incluir:

• Cremas de verduras con proteína (pollo, huevo, legumbre).
• Frutas cocidas o en compota.
• Puré de pescado con patata y aceite de oliva.
• Yogures espesos o flanes sin grumos.

Existen cientos de recetas creativas y sabrosas que cumplen los requisitos de seguridad y nutrición para personas con problemas para comer.

¡Pronto publicaremos algunas para que puedas seguirlas desde casa paso a paso!

¿Y si no come lo suficiente?

Es habitual perder el apetito. Por eso, los platos deben ser energéticos en poco volumen: con aceite de oliva, aguacate, frutos secos molidos, etc.

También se puede recurrir a suplementos nutricionales si el profesional lo ve necesario.

¿Cómo vivir con la disfagia sin que te robe la tranquilidad?

Tu papel como cuidador es esencial, pero también muy exigente. Aquí van algunos consejos para ti:

• Planifica los menús semanales para evitar improvisaciones.
• Crea un ambiente relajado en las comidas.
• Respeta los tiempos de masticación y trago.
• No lo presiones si se agobia; busca apoyo profesional.

Recuerda: la disfagia no debe convertirse en el centro de vuestras vidas. Con herramientas adecuadas, se puede convivir con ella.

¿Cuándo consultar con un nutricionista especializado en disfagia?

Acudir a una consulta siempre es bueno para resolver las dudas y preguntas iniciales que todos tenéis. Ahora bien, nuestra recomendación para acudir a consulta se centra si tu familiar:

• Tiene un diagnóstico de enfermedad neurológica.
• Pierde peso o masa muscular.
• Muestra miedo o rechazo al comer.
• Tiene antecedentes de neumonía por aspiración.

Entonces, es momento de actuar. Como especialista en nutrición para personas con disfagia, puedo acompañarte y asesorarte, no dudes en escribirme y ponerte en contacto.

Diseñaremos juntos un protocolo de actuación en el abordaje dietético adaptado a su realidad y sus gustos. Porque comer también debe ser un momento de placer.

Conclusión: tú puedes mejorar la calidad de vida de quien más quieres

La disfagia puede parecer un mundo complicado. Pero con información, acompañamiento profesional y cariño, es posible afrontarla.

Infórmate, pregunta, comparte tus dudas. En los comentarios puedes contar tu experiencia.

Y si necesitas ayuda profesional, estamos aquí para ayudarte.

Puedes contactarnos por teléfono, WhatsApp, formulario de contacto o redes sociales. Resolveremos tus dudas y os ayudaremos a comer con seguridad.

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